Corrientes de defecto en distribución eléctrica
Tipos de corriente de defecto
Existen cuatro tipos de corrientes de defecto clasificadas en dos categorías:
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Categoría de sobreintensidades:
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Corrientes de sobrecarga
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Corrientes de cortocircuito
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Categoría de defectos de aislamiento
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Defectos de aislamiento de baja intensidad
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Defectos de aislamiento de alta intensidad
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Categoría de sobreintensidades
A continuación se describen las características principales y los riesgos inherentes:
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Corrientes de sobrecarga:
Principalmente, se deben a problemas de carga excesiva en los receptores. Por ejemplo, el funcionamiento simultáneo de un número demasiado elevado de consumidores en un taller (iluminación, calefacción, fuerza motriz) puede provocar una sobrecarga en la cabecera de la distribución eléctrica.
Las corrientes de sobrecarga constituyen principalmente un riesgo de deterioro lento del equipo o un riesgo de incendio.
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Corrientes de cortocircuito:
Estas pueden deberse a un deterioro en la planta o dentro de un receptor. Por ejemplo, un cortocircuito entre dos fases en el bobinado de un motor que trabaja en condiciones adversas (vibraciones, entorno húmedo o corrosivo).
Las corrientes de cortocircuito constituyen un riesgo de deterioro instantáneo del equipo, de incendio o incluso de explosión debido a la elevada presencia de energía en el punto del cortocircuito.
Categoría de defectos de aislamiento
Los defectos a tierra pueden deberse a un envejecimiento anormal de la planta, de una carga o de conductores que se han deteriorado en condiciones de humedad.
La intensidad de estas corrientes de defecto depende del esquema de conexiones a tierra que se utilice. Pueden ser:
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De un valor muy bajo, es decir, claramente inferior a la corriente nominal del arranque, en el esquema TT (se les denomina corrientes de fuga o corrientes residuales de defecto a tierra).
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De un valor muy elevado, es decir, idéntico a una corriente de cortocircuito del esquema TN-S (se les denomina corrientes de defecto a tierra).
Con independencia del valor de las corrientes de fuga a tierra, estas suponen un riesgo muy elevado de descarga eléctrica o de incendio.